Perché?

Porque me quedo sin aliento, sin moverme.
Con los ojos cerrados, o abiertos, no lo sé.
Porque te veo sobre mi, 
y no sé si son recuerdos lo que veo, o es que estoy soñando.

Porque te recuerdo y te invento.

Porque sin inventarte, no me acuerdo.
Y no, no es amor.

Porque así lo acordamos, esas eran las reglas del juego.

Porque con el juego no se ama, 
porque el que ama con fuego, se quema.
Y no, no era amor.

Porque sin ti yo no era, y contigo nunca fuimos.

Porque jugando a no vernos, nos exprimimos los cuerpos.
Porque con nosotros hacíamos magia.
Y así, jugando con fuego, nos fundíamos.
Y no, no era amor. 

Porque ahora ya no se ama, al menos en voz alta.

Porque ahora se juega, y en voz muy alta.
Sin besos, pero con balas.

Porque amar no sé, pero para matarnos, nos sobraban las sábanas.

Porque no eras tú mi yo, ni yo fui nunca tu tú.

Porque sin besos te besaba,

y sin amor me amabas.





One smile


Lost in the night
celebrating the city
Lost in my head
lost in the giving...
Well, it was that night
that sonething...that meeting
I remember one smile
through everybody's seeing.

And now I go back over and over again
I just wanna see that one smile
listen to those eyes
I just wanna say loud over and over again
Say loud that that one smile
is now becoming mine.

Well, it's been time now
many somethings, many meetings...
I've started at that smile
through nobody's seeing
And over this,
I wanna tell you now
over again...
that you're that one smile
the words in your eyes
you're the passion through your hands
the one who make it last

I just wanna say once again
that you're that one smile
just wanna say once again...
na na na na

La Dama de Segovia


Querido mío;

Ya son cuatro siglos juntos, y lo que nos queda...
Tú me viste nacer hace tiempo, allá por 1525.

Tú viste mis primeros pasos,
cómo se colocaron los cimientos,
la primeras piedras de lo que hoy soy, aquel 8 de junio.

Tú has visto miles de generaciones enteras recorrer mi claustro.
miles de almas rogar en mis capillas,
miles de curas envejecer en mi sacristía.

Has visto amaneceres reflejados en mis vidrieras,
al polvo acurrucarse en lo alto de mis bóvedas,
al aire golpear con fuerza contra mis pináculos,
testigos de amaneceres, atardeceres,
de días y noches sin fin.

Has visto cómo un niño recibía el bautismo en mi seno,
y cómo luego recibía comunión, se casaba, y se celebraba su funeral.

Has visto vidas enteras pasar por mi planta,
has oído sus secretos, igual que yo.

Me has acompañado cuando estaba sola, cuando tenía frío, o cuando enfermaba.

Tú has sido el único que ha estado ahí desde el principio,
y el único que estará hasta el final.

Gracias Tiempo,
te quiere,

La Dama de las Catedrales.

Natalia

Acrílico sobre lienzo por Natalia Hernanz

Matar el aburrimiento


Después de ver la película Elephan, sólo puedo resumir mi opinión en una palabra: pena.

La masacre ocasionada por dos estudiantes, en el Watt High School de Portland, resulta, simplemente, triste. Es difícil poder comprender qué pueden tener en la cabeza dos chavales para poder llevar a cabo semejante genocidio. El fácil acceso a las armas en Oregón, y en todo el país norteamericano no me sirve de excusa en absoluto. Si a mí me dieran un arma, probablemente, y digo probablemente, no me presentaría en mi instituto a matar a todo el que se me cruzara por el camino.
El problema es mucho más complejo, tan profundo como las emociones y sentimientos de esos chicos, en su mente, mudos. Patologías mentales escondidas, bajo la sombra de algún trauma, abuso, o vaya usted a saber. Cuando alguien dice que  mata para no aburrirse, para "divertirse, jugar", es más que obvio que algo no va bien. 

No obstante, ellos matan por un fin, una idea, más absurda o menos, pero su idea. No dista mucho de lo que hace un presidente del Gobierno cuando inicia una guerra o interviene militarmente en un país. Cuando un ejército mata, lo hace por una idea, por algo en lo que cree. En ambos casos, para obtener lo que desean, pagan con la misma moneda: la muerte.

En un caso ni nos fijamos, estamos más que acostumbrados, lamentablemente. Miles de civiles mueren al año en atentados terroristas, por una idea, y lo juzgamos y condenamos. Al mismo tiempo está muriendo mucha gente en guerras, por parte de países, de sus ejércitos, por una idea, y ya somos menos los que lo condenamos. A algunos ni les parece mal.

¿Qué pasa? ¿Depende de la idea que se defienda el hecho de matar está justificado? ¿Si no estoy de acuerdo contigo te condeno, y si lo estoy, no? ¿Si lo hacen dos adolescentes enfermos, o un grupo de terroristas radicales, está mal? pero, ¿si lo hace un gobierno rodeado de burocracia, está bien?

Pensemos un poco, por una vez.



Natalia

No sin mi Colt.45

Bowling for Columbine, el documental producido y protagonizado por Michael Moore, nos hace reflexionar sobre la violencia, la cultura violenta, que invade Estados Unidos.
La facilidad con la que un estadounidense puede acceder a un arma, parece la excusa que ponen muchos para justificar la violencia en dicho país. No obstante, en el caso de Canadá sucede lo mismo, y el índice de violencia es infinitamente más bajo, ¿Porqué?.
Pues bien, según mi perspectiva, la respuesta reside en la educación, la cultura, y la historia del país federal.
Desde su niñez, a un niño norteamericano se le educa para defenderse, para defender a su familia, y defender a su país. ¿Defenderse de qué? Parece que eso no importa, al final se deberían defender de sí mismos, aspecto que parecen ignorar. Crecen rodeados de esa idea, por doquier. Su padre probablemente tenga un arma en casa, su tío, su abuelo y sus vecinos. Es lo normal, hay que responder si un intruso entra en casa y atenta contra la familia. La integridad de un hombre se cuenta por la capacidad de poder defender a los suyos.
La cultura y la historia van de la mano. Estados Unidos es un país joven, resultante de una lucha, de ese “defenderse” de los ingleses en la famosa Guerra de Independencia de 1775, año relativamente próximo a nuestros días, aspecto que en mi opinión no carece de importancia. El patriotismo resultante de ese uso de violencia a favor de la libertad, aclara en gran medida lo que a los ciudadanos americanos se les inculca desde el principio de sus vidas. El problema no es que tengan un arma, si no que en su mente esté la idea de que “hay que usarla siempre que sea necesario”, la pregunta es, ¿Cuándo es necesario?.
Me parece bien la idea de tener con qué defenderte si entran en tu casa y violan a tu madre, o agreden a tu padre o hermanos. El problema es que no sólo tienes el arma a tu alcance cuando sucede esto. En cualquier otra circunstancia, como puede ser una riña doméstica, si tienes una, la puedes usar, pero si no la tienes, nunca podrías usarla. De igual forma, un niño de cinco años no podría cogerla por error a modo de juguete y matar a otro niño. Un adolescente perturbado, que gracias al ridículo cuestionario previo a la compra de un arma, puede disponer de una, no podría presentarse en su instituto y masacrar a sus compañeros como si de Call of Duti se tratara. ¿Es problema de que el arma esté en mi mesilla, o de que esa mesilla en la que está el arma sea la mia?.

Natalia